Es la historia de Silvia y su hijo Eric. Sin él, esta aventura no tendría sentido. A Silvia le detectaron esclerosis múltiple hace 17 años. Tenía solo 55 años y una vida activa e independiente. Un duro golpe que no frenó sus ansias de vivir y hasta de “correr”. Gracias a su marido, Rafa, y a su gran aliado Eric no ha perdido la sonrisa ni las ganas de vivir.