La historia de la música ha demostrado a lo largo de los años que la discapacidad física no ha sido un impedimento para aportar al mundo grandes compositores, como ocurrió con Beethoven, quien compuso sus mejores obras en su edad adulta con una sordera prácticamente total. A pesar de ello, la sordera de un músico en su época era una desgracia absoluta.
Afortunadamente, en la actualidad, este tipo de barreras están cada vez más superadas, a pesar de que las personas con discapacidad intelectual o personas con trastornos del desarrollo lo tienen muy complicado para triunfar como compositores.
Sorprendentemente, la música puede ser muy beneficiosa para las personas con discapacidad. Puede ayudar a mejorar la coordinación, la motricidad y la memoria. También puede ser una forma de expresión y de conectar con otras personas.
Para reivindicar la dureza de la carrera de un compositor con discapacidad intelectual, el músico navarro Carlos Arriezu ha lanzado recientemente un videoclip cuyo argumento es éste: You never trusted me (nunca confiaste en mí), un tema incluido en Caraband, A dream of Jazz.
Se trata de un tema autobiográfico, sobre las dificultades que ha encontrado Arriezu a lo largo de su carrera. Cuando nació este videoclip, su autor pensó que, si para él había sido difícil, las barreras para personas con discapacidad intelectual pueden ser insalvables. Es ahí donde entra en esta historia el protagonista del videoclip Aitor Luri Esplandiu, natural de Azagra, de 33 años de edad y con una discapacidad intelectual.
El argumento de su historia es el de un joven que toca el piano y quiere dedicarse a la composición pero le deniegan la entrada a la escuela de música en repetidas ocasiones. Su persistencia le hace seguir adelante porque su máxima es “soy capaz de todo” (cierre del videoclip). Finalmente, consigue debutar en el teatro obteniendo un éxito sin precedente.
Aitor Luri no sólo es el actor protagonista del videoclip sino que su vida está muy relacionada con la música. Toca el piano, la guitarra y canta, además de trabajar en el centro ocupacional de Tasubinsa, en San Adrián.
El tema compuesto por Carlos Arriezu también se está utilizando por Anfas, la Asociación navarra en favor de personas con discapacidad intelectual para campañas de captación de voluntariado.
El objetivo es valorar la discapacidad como riqueza
Casos como el de Carlos Arriezu se repiten en distintas provincias españolas. Hace casi 20 años que Maiteder Lertxundi, musicoterapeuta y psicopedagoga, hizo que naciese un proyecto para dar respuesta a un alumno con necesidades especiales en la escuela de música de Galdakao, Máximo Moreno.
Su iniciativa, revisada por las instituciones vascas, dieron lugar a un proyecto pedagógico innovador que ya cuenta con más de 30 alumnos a partir de los cinco años.
La experta tiene entre su alumnado a niños y jóvenes con diferentes discapacidades intelectuales o enfermedades raras con dificultades en el aprendizaje. La musicoterapia forma parte del currículo de estos alumnos en la escuela.
En definitiva, no sólo aprenden las notas musicales sino que van mucho más allá y se ayudan unos a otros, con el apoyo del profesional. Se hace hincapié en la parte emocional para que se sientan fuertes, capaces e importantes, porque al final, es lo que buscamos todas las personas con o sin discapacidad.