El nombre de Marina Logares, matemática de profesión, está sonando con fuerza en los medios. Esta visibilización de una mujer en una carrera STEM es un logro doble de la lucha del colectivo feminista y del LGTBI, ya que Marina Logares es lesbiana y no lo esconde.
Como activista, lucha contra la estigmatización combinada que sufren las mujeres lesbianas en comparación con las heterosexuales. Y es que el mundo de la ciencia se encuentra dominado, aún hoy en el siglo XXI, por la superioridad numérica de sus colegas varones.
Enfrentarse a tan dura perspectiva, lejos de amilanar a Marina Logares, impulsa su entusiasmo por visibilizar su trabajo y el de sus compañeras en un ejercicio de sororidad digno de admiración.
Marina Logares y la visibilidad en tiempos caóticos
Como activista declarada, Marina Logares participa a favor de los colectivos que luchan por su inclusión. Y es que existe una mayor visibilidad, gracias al esfuerzo de muchas personas y al fenómeno de las redes sociales.
Cada día, más y más personas toman conciencia, comparten información o se suman activamente a la lucha por la igualdad real y la inclusividad. Pero Marina Logares también es consciente de que, con esta visibilidad, también aparecen detractores.
No es de extrañar que, fijado en su Twitter, Marina tenga un post apelando a la Declaración Universal de Derechos Humanos. La suya es una lucha no a favor de unos pocos, sino a favor de todas las personas por un mundo mejor.
Un ejemplo, y muy activo, de inclusividad
¿Existe una mejor manera de declararse a favor de una idea que no sea llevándola a la práctica? Marina Logares lo tiene claro y, habiendo salido del armario, como ella misma declara sin tapujos, ha apoyado la inclusividad desde el ejemplo propio.
¿Y de qué manera? Pues no limitándose a la ciencia. A decir verdad, no limitándose a nada que no sea lo que le haya pedido el cuerpo.
Así, Marina Logares, además de matemática, es batería, arbitro nacional y cinturón negro en taekwondo; y fue gracias a esta última disciplina que salió mejor parada de lo esperado, solo siete puntos de sutura en la frente, tras enfrentarse a un ataque machista que sufrieron ella y su novia por aquel entonces a manos de un boxeador profesional en una callejuela.
Un currículo brillante
Aunque actualmente trabaja en la Universidad de Plymouth, la lista de lugares en que ha desarrollado su actividad Marina Logares es larga y prestigiosa.
Tras terminar su doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid, su carrera prosiguió de manera meteórica en otros centros de renombre internacional como el ICMAT (en nuestro país), el Max Planck Institut für Mathematik (Alemania), el Mathematical Institute de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y el Centro de Matemática do Porto (Portugal).
Su labor como matemática gira alrededor de importantes y vanguardistas investigaciones en geometría, física y electromagnetismo. Los números lo miden todo con su especial lenguaje, no cabe duda; pero cuando Marina habla de su trabajo con otras personas, lo hace con términos sencillos y con naturalidad.
Una actitud que defiende debe ser aplicada no solo a la ciencia, si no a la hora de hablar de inclusión del colectivo LGTB, para que el mensaje vaya calando con naturalidad en todas las áreas laborales y sociales.
De esta manera, en la Universidad de Plymouth, Marina Logares no solo desarrolla su actividad como matemática. También colabora en políticas de inclusión que parten de lo más sencillo y humano: iniciativas como la instalación de baños neutros, una necesidad que viene dada por el elevado número de personal transexual con que cuentan.
Al final, está claro que es una cuestión de eso: naturalidad en pequeños y grandes gestos, romper con los tabúes día a día, predicando con el ejemplo.
Al final, es una cuestión de empatía con todas personas, sea cual sea su condición. #Loveislove.