No hace mucho que la atleta paralímpica Desirée Vila se sentaba en el sofá de La Resistencia (programa de entrevistas de Movistar+) y nos hacía partícipes de su sorprendente historia, que dejaría un halo de motivación y energía positiva en todos espectadores que pudieron verla.
Desirée es risueña, divertida y segura de sí misma. Para ella, lo límites del humor los pone cada uno, dependiendo de cómo acepte su realidad.
DE GIMNASTA ACROBÁTICA A ATLETA PARALÍMPICA
Fue hace tres años cuando Desirée Vila sufrió una fractura de tibia y peroné en la pierna derecha, durante la preparación para el Europeo de gimnasia acrobática con la selección española. Una lesión que cambiaría la vida de esta joven gallega.
Así, lo que debió ser una visita rutinaria al hospital, acabó convirtiéndose en la amputación del miembro debido a una negligencia médica. El traumatólogo que la atendió fue condenado por ello con dos años de cárcel y cuatro sin poder ejercer. Además, tuvo que pagar un indemnización de más de 2 millones de euros a nuestra protagonista.
Pese a los malos momentos que pasó en aquella época, Desirée ha decidido mirar el lado bueno de las cosas y agradecer a la vida todo lo que tiene. La actual paralímpica se enorgullece al recordar el increíble apoyo recibido por parte de su familia y amigos. «Si estás arropada por tus seres queridos, tu novio, etcétera, la diferencia es brutal”, declara Vila.
Y es que, a pesar de su discapacidad, Desirée resalta que vive una vida corriente, como cualquier chica de su edad. Es estudiante de Turismo, va a la biblioteca y tiene entrenamientos diarios. «Me lavo la ropa, me hago la comida y vivo independiente, como una persona normal», dice.
GRANDES ASPIRACIONES VITALES
El deporte de élite es una de sus grandes aspiraciones, y parece que junto a la intención, hay evidentes cualidades. Ponerse retos en cada etapa es una constante en su vida. Ahora, además de Turismo, también quiere completar el grado en Relaciones Internacionales en Madrid, que tendrá que compaginar con los entrenamientos en el CAR (centro de alto rendimiento). Su objetivo actual es conseguir la mínima para el Mundial.
“Creo en lo que hago, me apasiona y si entreno duro, puedo llegar lejos», dice. «Y me encantaría ir a unos Juegos. Si no es Tokio, a los de París 2024. Es mi espinita, porque la gimnasia acrobática no es deporte olímpico y estuve en un Mundial, que era lo máximo», explica a diferentes medios.
UNA FILOSOFÍA ADMIRABLE
Desirée Vila vive bajo el lema “lo único incurable son las ganas de vivir”, una filosofía de vida que lleva tatuada y de la cual ha surgido el libro que presentó hace unos meses y lleva más de 3000 ejemplares vendidos.
Un testimonio sobre cómo enfrentar los peores contratiempos vitales. Una narración de su vida en general y de cómo se ha adaptado a una situación tan difícil con ilusión y entereza. Un ejemplo de superación y de la importancia de no rendirse jamás. Una chica con luz propia que transmite los mejores sentimientos e inspira al mundo con su pasión por la vida y por el deporte.