La Navidad es la época del año en la que más amor brindamos a los amigos y a la familia. Es un periodo de tiempo en el que queremos ofrecer una imagen perfecta y dar lo mejor de nosotros. Pero también es ese momento en el que más estrés sufrimos. Comidas en familia o cenas de empresa y con días libres en el trabajo, el día de Reyes y, por supuesto, por llegar a tiempo a comprar todos los regalos… ¡Una angustia y un agotamiento muy navideño!
También es una quincena dura por la cantidad de dinero que gastamos, tanto en comidas, donde nos permitimos caprichos típicos de esta temporada, como en regalos. Presentes de todos los colores, tamaños y para toda la familia.
Los niños y niñas son los que más se pueden ver afectados por el consumismo desmedido característico de la Navidad
Incluso nuestros hijos están inmersos ya en el consumismo, demandando cada año regalos caprichosos y cada vez más caros. Los catálogos y la publicidad no dejan de golpearnos, cuando aún estamos en otoño y ni imaginamos que la Navidad está cerca. Y es que, los más pequeños de la casa, son los que más afectados se pueden llegar a ver por el consumo en exceso.
CÓMO EVITAR EL CONSUMISMO NAVIDEÑO
Por no hablar de los planes típicos de esta época: cine, circo o teatro. Si este es un tema que te preocupa… ¡Te ayudamos! A continuación te contamos diez planteamientos que tener en cuenta para, en familia, evitar el consumismo desmedido. Y además, tomarlos a modo de lección para aprender los valores morales que realmente importan.
- Crear un ambiente navideño decorando entre todos. Este es un buen plan de tarde para dedicarle tiempo a tu familia. Colocar el árbol de Navidad y el Belén pueden ser actividades positivas de colaboración para ti y para tus hijos. También puedes aprovechar el momento para contar a tus hijos cómo vino Jesús al mundo y llegaron los Reyes Magos con incienso oro y mirra, contarles cuentos sobre tradiciones navideñas, etcétera. Los villancicos pueden ser además la mejor banda sonora para una mañana como esa.
- Compra lo necesario entre toda la familia. Para evitar de nuevo que nuestros niños crezcan como adultos algo austeros y responsables con el dinero, podemos realizar un ejercicio con ellos: pedirles control sobre sus caprichos y votar entre todos sobre aquellos alimentos necesarios y aquellos de los que podemos prescindir (no es necesario un surtido de muchas clases de turrones y polvorones).
- Enseña a tus hijos a ser agradecidos. Durante la Navidad los menús son especiales: marisco, cordero, tartas, embutido de mejor calidad, etc. Los niños tienen que aprender a ser agradecidos con la familia por un gesto como este, que implica un esfuerzo económico extra para todos.
- Planifica los horarios de tus hijos. Puesto que nuestros hijos están de vacaciones, es común que suceda un pequeño descontrol con las horas. A veces dejan todos los deberes para el final y se dedican a los juegos y a la televisión únicamente. Por eso puede resultar interesante y muy útil. Podemos organizar su tiempo de manera que lo aprovechen mejor: para hacer las tareas del colegio, manualidades, juegos didácticos, etc.
- Reinventa la carta de los Reyes Magos. Los niños deben entender, que en su origen, los Reyes Magos fueron a adorar al niño Jesús, y le aportaron lo único que tenían: oro, incienso y mirra. Por eso, no siempre pueden regalar a los niños todo o que han pedido. Podemos proponerles una idea nueva: pedir tres regalos: uno a Melchor, otro a Gaspar y otro a Baltasar. Escribir una carta con ellos y reflexionar sobre los regalos, puede ser una gran idea, explicándoles que son “magos” y que saben perfectamente lo que necesita y no cada niño. Algo que también debemos decirles es que pidan menos regalos en casa de los abuelos. Nuestros hijos deben acostumbrarse a no recibir todo lo que piden, pero también debemos tener en cuenta que es un día de ilusión para ellos.
- Enséñales a aprender a compartir. Puedes aprovechar estas fechas para hacer limpieza de armarios y cuartos en general. Ellos aprenderán a valorar lo que necesitan y lo que no, incluso pueden darse cuenta de que algunas de las cosas que más estiman pueden no ser de vital necesidad para ellos. Podéis llevarlo todos juntos a la parroquia o a la caridad para que les lleguen a otras personas más necesitadas en forma de regalo de Navidad. Para ello deberían limpiarlo, arreglarlo, envolverlo en papel de regalo, etc.
- Visita a los más necesitados. Podéis organizar visitas a familias mucho más necesitadas, por ejemplo, a través de la parroquia. También es una gran idea ir a ver a niños enfermos o ancianos para darles compañía en esos días festivos. Nuestros hijos pueden sacar de esta experiencia algo muy valioso.
- Cuidado con los aguinaldos. En Navidad es tradición que los familiares entreguen aguinaldo a los más pequeños. Algo de dinero que ellos normalmente desean invertir en dulces o juguetes. Podemos crear con ellos un plan para emplearlo correctamente: en algo que necesiten o simplemente ahorrarlo en una hucha divertida que les anime a llenarla. Ayudémosles a gestionar su dinero para el futuro.
- Ajustémonos nosotros también. Para poder darles a nuestros hijos el mejor de los ejemplos. Tratemos de organizar nuestro dinero y destinarlo a todos los fines que estas fechas exigen: comidas, regalos, aguinaldos, etcétera. Pero sin olvidar que seguir un plan de ahorro es necesario y vital en estos momentos.
En resumen, las Navidades pueden ser igual de especiales y divertidas sin caer en el consumismo. Es importante pasar tiempo con amigos, familia y personas más necesitadas. Y además podrás transmitir valores importantes para el futuro de los más pequeños de la familia y, de paso, recordar la importancia de demostrar cuanto aprecias a tus seres queridos en el día de Reyes.