La imagen en las redes sociales se ha convertido en un problema acuciante de la vida actual. Un problema que hoy en día sufren muchas personas a través de la “necesidad” de querer aparentar lo que no son. Con la globalización y los constantes avances de las telecomunicaciones, estamos expuestos a toda clase de estímulos visuales: casas impactantes, cuerpos de escándalo, cabellos de anuncio o puestos de trabajo con un horario y un salario de envidia. Pero, ¿es real todo lo que vemos?
También es por la gracia (o desgracia) de las redes sociales e Internet por lo que deseamos todo aquello que se nos muestra: fiestas sin fin con amigos en las que se gastan cantidades indecentes de dinero, medidas corporales propias de modelos de pasarela, ropa cara que únicamente unos pocos afortunados pueden permitirse… ¡Y nosotros no! El simple hecho de no poder conseguir todo lo que queremos, de tener esa felicidad plena – como cantaban los Beatles – hace que caigamos en continuas crisis de identidad y autoestima.
Las mujeres son las que más se ven afectadas por la presión social de mostrar una imagen idealizada de sí mismas en las redes sociales
Por desgracia, quienes pueden sufrir más este tipo de problemas son las mujeres. Esta no es una cuestión de machismo, sino la conclusión de opiniones de profesionales diversas, como la de la psicóloga Mónica Quintana, o por el testimonio de usuarias como Essena O’Niell. Desde la infancia hasta bien entradas en la edad adulta, son muchas las mujeres que han confesado no sentirse a gusto con lo que tienen o con todos los logros conseguidos en algún momento de sus vidas. ¿Por qué?
La insatisfacción puede ser debido a diversos factores. Desde el punto de vista de la autoestima, es verdad que las mujeres tienden a tener problemas más frecuentes o a sufrir altibajos cada menos tiempo. Otro motivo es el de la ambición: el sexo femenino suele ser menos conformista y buscar superarse más constantemente que los hombres: en salud y forma física, y con respecto al trabajo. Desafortunadamente, todo el trabajo que hacen las mujeres por empoderarse y querer lograr y conseguir sus metas, no siempre se ve reflejado en la sociedad. Con muy poca frecuencia sus esfuerzos se ven valorados, según afirman muchas de ellas. Y todos debemos estar de acuerdo en que esto tiene que cambiar.
LEAN IN, UNA COMPAÑÍA QUE SUMA
Lean In es una organización sin ánimo de lucro que desarrolla programas que ayuden a eliminar los estereotipos de género y ofrece oportunidades para todas las mujeres.
Esta fundación fue creada por Sheryl Sandberg, la directora de operaciones de Facebook, quien además escribió el best seller ‘Vayamos adelante’ – lean in en inglés – . En el libro, la autora ofrece consejos que ayudan a las mujeres a conseguir sus metas y las anima a aceptar sus debilidades sin prestarles más atención de la necesaria y a pensar en lo que sí son capaces de lograr, es decir, a valorar sus puntos más fuertes. El libro se ha publicado en más de 50 países.
Actualmente, podemos conocer su trabajo y misión a través de diferentes formas que llevan a cabo desde su surgimiento.
Círculos lean in
Los Círculos son pequeños grupos de mujeres reunidas regularmente para aprender y crecer juntas. Entre ellas se ofrecen orientación, ya que en pequeños grupos la gente ha demostrado sentirse más segura.
Concienciación de la opinión pública
Mediante campañas anuales de concienciación a gran escaña, centradas en temas de vital importancia, como concienciar también a los hombres del papel fundamental que pueden realizar para lograr la igualdad de las mujeres. Estas campañas llegan a millones de personas a través de los medios de comunicación y las redes sociales.
LA GETTY COLLECTION: NO SERÁS LO QUE NO VES
La Getty Collection es una biblioteca con miles de fotografías donde se ve cómo las mujeres son líderes y los hombres cuidadores. Así, consiguen dar la vuelta a los estereotipos de género mediante imágenes auténticas de mujeres y hombres en publicidad y en otros medios. También pretende acabar con los estereotipos clásicos de “familias perfectas” formadas por un padre, una madre y unos niños perfectamente uniformados.
Los cambia por modelos de familia de todos los tipos, donde el papel del hombre no es solo el de trabajar y liderar la familia, sino que es una pieza igual de fundamental que la mujer en el cuidado y la educación de los niños. También podemos observar cómo la mujer adquiere cargos directivos y se sitúa jerárquicamente por encima del hombre en cuanto a los puestos de trabajo. Pretenden terminar con los clichés y mostrar al mundo cómo la sociedad cambia a la vez que cambia el mundo y avanza paralelamente al resto de ámbitos, como la medicina o la tecnología.
Es importante mentalizarnos de que entre todos y todas podemos tener mucha más fuerza. La diversidad nos enriquece y nos enseña a valorar las diferencias como algo positivo que nos ayuda a crecer. Entonces, ¿por qué no dejemos de luchar por lo que realmente lo merece?