Por qué quienes montan en bicicletas son más felices

Hacer un poco de ejercicio cada día tiene una repercusión directa y positiva en nuestro organismo y, también, en nuestro humor. Sí, la ecuación es clara: cuanto mayor es el movimiento, liberamos más endorfinas y conseguimos ser más felices. Los desplazamientos a pie son una alternativa estupenda para quien tiene poco tiempo para ir al gimnasio o salir a correr, pero en las grandes ciudades se hace inviable. La bicicleta se erige entonces como el medio de transporte ideal, ya que contribuye a nuestro bienestar físico y mental al tiempo que nos ayuda a cuidar el medio ambiente.

Estos días se celebra la Semana Europea de la Movilidad, una iniciativa dirigida a aumentar la concienciación sobre el uso excesivo del coche y sobre los beneficios del uso de transportes más ecológicos y sanos como el coche eléctrico o la bicicleta. Y es en este último en el que nos queremos centrar, porque su uso también está ligado a una sensación de libertad.

La bicicleta es mucho más que un elemento para desplazarnos de un lado a otro y hacernos la vida más fácil

El color de nuestra primera bicicleta, la sensación de independencia al ir sin ruedines, esa excursión al monte, los veranos en el pueblo, la felicidad de llevar al chico/a que te gustaba de paquete… La bicicleta es mucho más que un elemento para desplazarnos de un lado a otro y hacernos la vida más fácil. Es un recuerdo, un enlace, una conexión con el pasado, con el presente, con el futuro. Una sensación física que lleva implícita una sonrisa. Pero, ¿por qué? Porque montar sobre esas dos ruedas puede hacerte más feliz.

La salud física influye directamente en nuestra felicidad y es uno de los beneficios más notables que aporta el uso de la bicicleta. Pedalear sobre dos ruedas es uno de los ejercicios más completos que podemos realizar para prevenir los dolores de espalda, proteger las articulaciones y mejorar tanto el sistema circulatorio como el inmunológico. Incluso está indicado para prevenir estados de depresión. Y es que quien monta en bicicleta reduce las consultas al médico, el consumo de fármacos y el riesgo a padecer obesidad, lo que implica sin duda una mejor calidad de vida.

La bicicleta reduce el estrés

De hecho, pedalear durante una hora quema alrededor de 500 calorías, fortalece la musculatura que protege las rodillas y tonifica los músculos de las piernas como los cuádriceps y los isquiotibiales. Quienes sufren problemas de espalda también se pueden ver beneficiados del uso de este medio de transporte, ya que ayuda a corregir la posición de la espalda fortaleciendo la zona lumbar y previniendo posibles hernias.

Está comprobado que quienes usan la bicicleta regularmente tienen menos enfermedades psicológicas y depresiones, de tal modo que pedalear se convierte en uno de los mejores antidepresivos que existen. Es un ejercicio que no requiere un nivel alto de estrategia ni una gran concentración, por lo que reduce mucho el estrés y la ansiedad, permitiendo a quien lo practica pensar con mayor facilidad debido a que su cerebro se oxigena durante el pedaleo.

Montar en bicicleta también es beneficioso para el medio ambiente

Y por si esto fuera poco, la bicicleta también es respetuosa con el medio ambiente. Con su uso se reducen las emisiones de CO2 a la atmósfera, se cuida el planeta y se contribuye a la reducción de males presentes y futuros como el del efecto invernadero o el calentamiento global.

Si quieres sentirte mejor física y mentalmente, reducir tu estrés a la vez que te cuidas, si necesitas alejarte de ese estado depresivo que te acecha… ¿por qué no empiezas a coger la bicicleta para trayectos cortos o incluso para ir a trabajar en vez de utilizar el coche? Hazlo solo o acompañado, con amigos o con la familia, los días de diario o los fines de semana, pero no te prives de este pedacito de felicidad a tu alcance.