“Definitivamente, es el sol quien marca el día, no recuerdo la última vez que usé un relojes ni mucho menos fijé la alarma. Como si se tratara del gallo que anuncia el comienzo de un nuevo día, la luz del alba se cuela tímidamente por las escotillas sobre las 5:30. Levantándome tan pronto da la sensación de que rinde mas el día. Sobre las 18:30 atardece, teniendo mas de 12 provechosas horas de sol. Es gracioso, pues los marineros suelen decir que las 21 horas es su medianoche. Y de hecho, alrededor de esa hora estoy agotada, lista para dormir”, Paula Gonzalvo.

Si quieres viajar sin dinero, hazte marinero.
«Si quieres viajar sin dinero, hazte marinero», así reza un conocido proverbio chino que Paula Gonzalvo tomó como ejemplo a seguir. Paula es una joven con ansias de libertad y ganas de ver mundo que un día decidió lanzarse a la mar. Lejos de ser un experta merinera había cursado la carrera de arquitectura pero consideró que necesitaba, de algún modo, desconectar de la tierra firme para vivir una experiencia diferente, lejos del ritmo acelerado que nos marca el día a día. «Realmente fue algo que surgió poco a poco, no fue deliberado, pero quería un cambio ya que estaba descontenta con lo que vivía. Decidí comenzar un viaje introspectivo en busca de nuevas ideas y respuestas y resultó que, sin saberlo, encontré el mejor medio para hacerlo, el velero”, comenta Paula. Ni experiencia como marinera, ni pasión por el mar. Pese a vivir cerca de la costa nunca valoró todo lo que a día de hoy le brinda el inmenso océano. Miedosa con el medio acuático, jamás pensó que su mayor pasión años después estaría relacionada con el mar y con un velero, experiencia que cuenta en su página web, Allende los mares.

Surcar los mares en «barco-stop»
El barco-stop es una una nueva modalidad de viajes low cost. Podría definirse como una mezcla entre autostop y un Couchsurfing. Autostop por el hecho de que puedes moverte de un lugar a otro gracias al transporte de otra persona. Y Couchsurfing, pues además de transportarte convives con esa persona al entrar en su hogar. Pero para Paula es mucho más que un simple traslado; “Además de trasladarte y ofrecerte alojamiento, compartes la aventura de viajar por mar, ya que el velero no solo es un medio de transporte o una casa, es parte de la aventura y un sueño para muchos”. Y así un día llegó hasta Canarias dispuesta a surcar el Atlántico; “Lo recuerdo de película, creo que no hubiera podido imaginar algo mejor. No tenía expectativas, todo era nuevo y cada día era mejor que el anterior… Mi primera experiencia en barcostop marcó un antes y un después en mis viajes y forma de viajar”. No tenía experiencia como marinera, ni sabía navegar ,pero le sobraba predisposición y ganas de aprender cosas nuevas. “A la hora de encontrar velero es importante saber cuáles son las temporadas y los puertos principales de la travesía que te interesa, pues se depende completamente de la meteorología. Y puedes conseguir barco tanto por Internet como presentándote en persona en el puerto, ambas funcionan y tienen sus ventajas e inconvenientes”, recomienda Paula.

Nuestro mundo se acababa donde termina el horizonte
La navegación le permitió conocer el estilo de vida del navegante. Desconocía que había gente viviendo en velero de forma tan libre y autónoma algo que ha cambiado muchos de sus conceptos y visión de futuro; “Recuerdo con especial cariño la temporada que viví a bordo de un velero en las islas de San Blas en Panamá. Era una vida muy sencilla, conexión directa con la naturaleza y desconectados de la globalización, nuestro mundo se acababa donde terminaba el horizonte”. Para Paula los inicios en su «sueño de vida» no fueron fáciles. Era joven y mujer en un mundo en el que la mayoría son hombres, algo que a su familia le daba miedo; “Al principio fue difícil, tanto por comprender el cambio como por la constante incertidumbre que me acompaña. Pero el verano pasado, pregunté a mi familia si querían apoyarme en el siguiente paso de este viaje: llevar yo el velero como patrona. Comencé mis viajes sin experiencia náutica y durante estos años aprendí a navegar. Así que el verano pasado decidí alquilar un velero para llevarlo con el 100% de la responsabilidad y mi familia me acompañó, nos encantó a todos y creo que esto ayudó para que ellos pudieran entender mejor qué es lo que he estado haciendo estos años”.

Siguiendo su instinto en busca de la felicidad
Valiente, apasionada y luchadora así es Paula. Una joven que sigue su instinto en busca de la felicidad. Surca los mares sin pensar qué peligros puede encontrar. La pasión es el motor de su barco personal y la inocencia en el timón le guía para disfrutar de cada instante. Paula asegura que seguirá luchando por sus sueños porque es de esas mujeres que todo lo que se propone lo consigue. Su destino más ansiado el Oceáno Pacífico, vivir sobre su fondo marino en tranquilidad, en sintonía con el entorno y con gratitud, mucha gratitud.
Magnífica experiencia¡ Navegué durante dos años por Canarias Cabo Verde y El Caribe y ya entonces había bastante gente haciendo barco-stop. Te hablo de 1982 – 83. No es una nueva forma de viajar, pero sigue siendo fascinante. Enhorabuena y buen viento!